Una de las pocas cosas de las que estoy orgulloso, es de haberle dado la mano a George Lucas. Fue hace unos seis años, cuando estaban rodando en la Plaza de España unas escenas del Episodio II. Se convirtió en una noticia de alcance nacional, y por supuesto no faltaron los frikis que llevaban desde la madrugada allí (aysh pobrecillos). Yo no conseguí un garabato suyo, pero al menos pude darle la mano, que por cierto se ve que ha trabajado el hombre, lo tenía calloso.